Ser padre no lo define una actuación

Por: Amelia Quesquén

Mientras mirábamos las noticias, que por cierto, en estos últimos meses son más desalentadoras de lo normal, empezaron a reportar sobre la denuncia a la institución Educativa N° 1090 “Crnl. FAP Marco Antonio Schenone Oliva”, en Magdalena, quienes a través de un comunicado, bastante inoportuno, prohibían el ingreso de las madre de aquellos pequeños que se forman en esa institución, a la actuación del día del padre.

El comunicado decía lo siguiente: “El día 14 de junio se realiza la celebración del Día de Padre. Solo ingresarán padres de familia o alguna persona que lo reemplace (sexo masculino. NOTA: no ingresarán madres de familia)”.

Inmediatamente, como es de imaginarse, al sentirse discriminadas por el comunicado, las madres que crían a sus hijos solas, a través de la prensa televisiva y escrita, dieron a conocer al MINEDU ( Ministerio de Educación) sobre tal decisión, con la finalidad de que se pronuncié y puedan reconsiderar aquella disposición absurda, por parte de la Institución Educativa.

Como era de esperarse, al ver la presión que constituyó tal comunicado, la Institución Educativa lo dejó sin efecto; sin embargo, el MINEDU se pronunció frente a aquel acto, quizá recurrente en otras Instituciones Educativas, las que no son denunciadas y logran discriminar por cuestión de género, de ser partícipes de una actuación.

El MINEDU mediante su cuenta de twitter, manifestó lo siguiente: “Ante la denuncia de madres solteras que son impedidas de participar en actividades por el Día del Padre, informamos que en el MINEDU promovemos la convivencia en la comunidad educativa y rechazamos cualquier práctica que vaya en contra de ese principio en las II. EE”.

A través de esa denuncia, obtuvimos datos interesantes respecto al porcentaje de madres que asumen solas la crianza de sus hijos, y tenemos según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES, respecto al último censo, que el 16% de mujeres en el Perú, ocupa la responsabilidad de criar a sus hijos sola; es decir, casi un millón y medio de mujeres asumen, aparte del rol de madre, también, el de padre para sus hijos.

Con esto, nos queda de reflexión que si bien tenemos políticas que promueven la convivencia, tanto en las Instituciones Educativas como en la sociedad, no nos podemos apartar del sentido de la realidad en la que nos encontramos y entender que en nuestro contexto existen muchas madres en esa condición, las cuales si bien, no tienen la figura paternal a su costado, no son menos dignas de asumir aquel rol que la sociedad erróneamente otorga a través de un género.

Ser padre es mucho más que solo asistir a actuaciones y un adjetivo calificativo, es un rol, un ejemplo perpetuo de lo que nos enseñará aquella persona que te guíe en la vida, de quien heredaste quizá algunos rasgos más que físicos, descubriste valores, obtuviste ese sentido del humor y te ayudó a formar tu temperamento; ese ser, al que muchas veces confundimos con un género cuando lo definimos, cuando en realidad es la persona. Puede que en algunos casos el rol de padre lo haya asumido la madre, los abuelos, tíos, primos, o quienes en ese momento fueron las personas indicadas. Y que no da derecho a discriminar por tratarse de un género diferente.

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