¡Renovemos! ¡Hay, jóvenes, mucho que hacer!

Por Biancca Herrera:

La coyuntura agudamente analizada nos dice que los peruanos nos encontramos inmersos en una pandemia psicosocial del “sálvese quien pueda y como pueda”. Con un poder judicial decadente que depreda aceleradamente los principios básicos de convivencia civilizada. He ahí pues “Los Hermanitos”, quienes son pintados de cuerpo entero por la acuarela de la corrupción; Nuestros fiscales, entregados, absortos y de rodillas ante el poder de turno y el populismo de alguna prensa mercantilista que los acicatea con afanes de conveniencia pura.

¡Ay! De nuestra política, o más aun de nuestra población, nuestra gente de a pie, cuyo sudor y lágrimas ha beneficiado al enriquecimiento de expresidentes, los testaferros de éstos y sus lacayos congresistas.

Es menester un cambio, un cambio generacional de pensamiento cuyo eje central sea no el beneficio personal y la ambición de poder, sino el desarrollo en conjunto empezando por los grupos en donde la necesidad de mejora es preponderante.

Ahora bien, ¿a quién vamos a recurrir para este cambio si no es a la juventud que tiene el ímpetu necesario para dichas acciones de mejora? Y es allí, en donde encontramos otra brecha y surge la siguiente pregunta: ¿Qué se esta haciendo por preparar a la juventud para ser parte del cambio? La respuesta, aunque es simple, no es nada satisfactoria pues no se hace gran cosa por ellos. Esta generación trata de alejarse lo más posible de la política por verla contaminada con tanta corrupción y si eso pasa en la gran metrópolis, no hay mucho que imaginar sobre la situación en las provincias de nuestro país en donde hay aún más necesidad a raíz del centralismo existente e instaurado hace años en nuestro sistema de gestión nacional.

Una realidad que a lo largo del tiempo sigue pasando factura al vernos enredados en el mismo circulo vicioso y en el que lastimosamente generación tras generación se sigue incluyendo y para lo cual la mejor medicina es la información. Transparentar realidades y situaciones que no queremos repetir es el primer paso para generar mejora y cambio, ser conscientes de los daños que producen comportamientos actuales en nuestra política crea una suerte de análisis introspectivo siempre y cuando se maneje de forma adecuada en la sociedad.

Finalmente, el poder lo tenemos nosotros, la población joven que lucha a diario por educarse y crecer como profesional y persona. Nadie mas que nosotros sabe reconocer la realidad de nuestro país y cuanto nos falta para dejar de ser ese mendigo sentado en un banco de oro.

Y citando al gran Cesar Vallejo en un contexto moderno:

“¡Renovemos! ¡Hay, jóvenes, mucho que hacer!”

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