Realidades Paralelas
Por: Amelia Quesquén
Hace poco vimos que en el último mensaje presidencial, se anunció que se esta preparando la pronta apertura de los centros comerciales y grandes conglomerados que no estaban previstos para retomar actividades en las fases 1 y 2, pero que por “la necesidad de la población” vieron por conveniente que se reactiven a la brevedad, lo cual fue confirmado por la ministra de Producción, quien señalo la probabilidad de que podrían comenzar a abrir desde este jueves.
En esa línea, el mandatario consideró que este reinicio debe ser gradual y debe proteger la salud de las personas. Adelantó que en el decreto supremo lo que se detallará es que el aforo sea limitado en estos comercios (solo al 50%), que los pasadizos no estén llenos, que haya una capacidad limitada de gente, que las tiendas abran por turnos y que aún las salas de cine no funcionarán.
Mencionó que no están incluidas por sus altos niveles de contagios, las regiones de Tumbes, Piura, La Libertad, Lambayeque e Ica; además de las provincias de Áncash (El Santa, Casma y Huarmey).
Coincidentemente, mientras se daba ese incentivo al sector formal y a la gran empresa, vimos al alcalde del Distrito de la Victoria, camuflándose por un mercado y dejando al desnudo la realidad que viven todos los mercados informales del Perú, aglomerados y desesperados por la necesidad de trabajar y vender, por no morir de hambre; realidades que son extremas pero que son importantes de tener en cuenta puesto que según el Centro de Investigación Empresarial (CIE) de la Cámara Nacional de Comercio, Producción, Turismo y Servicios (Perucámaras), la población ocupada con empleo informal en el país alcanzó el 71.1% en el tercer trimestre del 2019.
Del mismo modo, con relación a la actividad económica, Perucámaras reveló que los sectores de agricultura, pesquero y minero presentaron una tasa de informalidad de 92.9% a escala nacional. Estas actividades concentran a tres millones 968,400 personas en el Perú.
Por su parte, el sector Construcción registra una tasa de informalidad de 78.4%. Esta actividad concentra a 786,800 personas en todo el país.
Entonces, si el gobierno es consciente de las altísimas tasas de informalidad en todos los rubros y sectores del país, que son quienes en realidad mueven la economía peruana ¿Qué esperan para enfocar las medidas de protección hacia ellos? ¿Qué esperan establecer una estrategia dirigida a la reactivación de la economía en los rubros y sectores más afectados, dentro de ellos los emporios de Gamarra, Polvos Azules, así como de las Regiones que quedaron excluidas de la apertura de los centros comerciales ? Recordemos que si bien tenemos que aprender a convivir con el COVID 19, tomando las medidas establecidas, hay un mal que está matando más, y es el olvido de las autoridades por no plantear medidas rápidas de reactivación y el hambre al cual sentencian a miles de peruanos.