Por una mejora en el ambiente de trabajo
Por Deborah Crepaldi:
He venido estudiando la calidad de vida de los trabajos en su ambiente de trabajo ya hace algún tiempo y el mundo corporativo ya es consciente de la importancia de la calidad de vida y de la necesidad de crear mejores condiciones para el bienestar de los colaboradores. Aquellos que han invertido ya empiezan a cosechar los frutos de esa colaboración entre empresa y colaborador, comprobando que el profesional produce más y mejor cuando se siente feliz y motivado. Esta búsqueda por calidad de vida se inserta en el contexto de la Responsabilidad Social, práctica que debe ser incorporada tanto por las empresas y por los propios profesionales.
Esto favorece mucho la iniciativa de promover proyectos para la satisfacción personal de los colaboradores y crece cada vez más en el mercado de trabajo, de microempresas a grandes corporaciones multinacionales. En un futuro próximo, lo que diferenciará a una empresa de la otra será la calidad de vida de sus colaboradores, así como el clima que predomina en el lugar de trabajo, disminuyendo la importancia del tamaño de la empresa y resaltando la productividad y la calidad, resultantes del bien -estar organizacional.
Teniendo también la seguridad y la higiene en el lugar de trabajo como un factor importante, ya que estando en un ambiente seguro y bien cuidado se disminuyen los riesgos de accidentes y enfermedades ocupacionales. Pensando en ese sentido se observa que es atribución de la empresa, a través de sus gestores, tiene la tarea de cuidar de la integridad física y mental de sus empleados, respetando sus límites y cuidando para que tenga una buena salud.
La calidad de vida en el trabajo está determinada por la interacción entre los factores individuales y la organización de modo aislado por características personales como necesidades, expectativas y valores, y también con la tecnología, flujos de trabajo, sistema de recompensas, condiciones de sistema económico y político.
La idea es que los trabajadores son capital humano que tiene que ser desarrollado y no simplemente usado. Además, el trabajo no debe tener condiciones excesivamente negativas, ni someter al trabajador a tensiones indebidas y tan poco perjudicar o degradar su humanidad y no ser arriesgado o indebidamente peligroso. El trabajo debe construirse, o al menos no perjudicar la capacidad de los trabajadores de desempeñar sus papeles profesional y social o sea, es necesario que el trabajo contribuya también al desarrollo social del individuo.
La expectativa personal de los profesionales es que, si las empresas esperan calidad en los productos y servicios por ellas ofrecidos, las acciones deben ser incorporadas en el cotidiano de las empresas. Otra expectativa de los profesionales es que las empresas, al concebir un programa de calidad, perciben que el mismo no será implantado con éxito si no hay un una participación de los funcionarios actuando con satisfacción y motivación para la realización de sus actividades. Esto es calidad de vida en el trabajo, que resulta en la mayor probabilidad de obtener calidad de vida personal, social y familiar, aunque sean esferas diferentes y en ellas se desempeñen papeles diferentes. Tenemos que verificar que las empresas deben ser conscientes de los riesgos que el desempeño de las actividades laborales puede traer a sus colaboradores. Estando preocupada por la calidad de vida en el ambiente de trabajo, pasa también a preocuparse por la higiene y la seguridad de manera más eficaz de evitar los accidentes y prevenir las enfermedades ocupacionales.
¿Cuál es el diferencial de su empresa? No te olvides de que siempre habrá alguien que te espera volver a casa.
Muy bueno artículo!
Les felicito a ustedes de #Reforma por la excelente columnista Sta Deborah Crepaldi.