¿Por qué no implementar un Gabinete de la Sombra en el Perú?
Por Franco Arce:
Desde el año 2012 hasta la fecha he venido promoviendo junto con distintas organizaciones de la sociedad civil la formación y capacitación de los jóvenes, ya que, me encuentro convencido que la política en el país y la gestión pública si puede ser renovada con rostros nuevos y limpios, pero también con experiencia. Es por esta razón que en el presente artículo abordaré sobre una propuesta que fue alcanzada por quien escribe este artículo al gobierno del ex presidente Ollanta Humala y no tomada en cuenta, me refiero al “Gabinete de la Sombra”.
En el año 2015, la BBC escribió un pequeño artículo sobre el gabinete de la sombra en el Reino Unido y mencionaba lo siguiente: “aparte del ministerio del gobierno oficial, los británicos cuentan con un gabinete en la «sombra». Formado por la Leal Oposición de su Majestad, este se compone de un grupo de parlamentarios elegidos como portavoces de la oposición. El grupo forma un gabinete alternativo al gobierno, bajo la dirección del líder de la oposición.”
En concreto para entender rápidamente qué es un “Gabinete de la Sombra” de manera formal, corresponde a un gabinete paralelo que fiscalizará y controlará las acciones del gabinete en funciones oficialista. Como se ha visto el modelo se aplica en el Reino Unido, pero no son los únicos, países como Canadá, Nueva Zelanda, entre otros; lo vienen aplicando hace muchos años con resultados positivos.
La propuesta alcanzada durante el período del ex presidente Humala proponía algo quizás más light, pero lo que consideraba que sería un primer paso en miras a la consolidación de una implementación de este sistema de fiscalización política y gubernamental en un país que aún no logra la democracia plena con falta de institucionalidad y representatividad. Sin embargo, la propuesta de “Gabinete de la Sombra” versión peruana estaría integrada por profesionales de alto nivel técnico en cada una de las áreas concernientes a cada ministerio; es decir, una especie de un “ministro paralelo” pero elegido no por el congreso, ni el ejecutivo; sino por un consejo directivo de la sociedad civil.
Este “ministro paralelo” con amplio perfil técnico y político en cada una de las carteras contaría con un equipo, el cual debía estar conformado por alumnos de últimos ciclos de universidades con destacado nivel académico y profesional; de esta manera se haría un mix entre la experiencia del “ministro paralelo” y la nueva visión de los alumnos jóvenes quienes cuentan con conocimientos frescos, pero tal vez no con la experiencia necesaria para manejar esto solos. Es así que, podría ser una experiencia muy gratificante para ambas partes convirtiéndose esto en un ganar – ganar.
Lamentablemente, en aquel entonces no se pudo llevar esto a cabo; sin embargo, aún tenemos la oportunidad de hacerlo y cumplir nuestro rol como parte de la sociedad civil. Muchos se quejan hoy en día de la corrupción en distintos niveles de los distintos poderes del Estado peruano, de siempre ver las mismas caras, de la típica frase “no hacen nada” (aunque precisamente no es que no hagan nada, por el contrario, hacen todo lo opuesto a lo que se debería hacer) y un sin número de quejas que todos los peruanos hacemos en algún momento porque estamos cansados de la política por un lado y de los funcionarios públicos por otro.
Entonces, ¿Por qué no aplicar un gabinete de la sombra hoy en día? Se puede implementar este por etapas. Se puede retomar el plan piloto propuesto en el año 2012 que planteaba lo siguiente: una primera etapa en la cual sólo se seleccionarían cinco ministerios a ser fiscalizados y por ende cinco equipos a conformar; estos integrados por un profesional de alto nivel y dos alumnos universitarios como ya se mencionó. El trabajo de estos equipos en una primera etapa consistiría básicamente en hacer algo que cualquier ciudadano puede realizar, tener un control del portal de transparencia de cada uno de los ministerios seleccionados en cuanto a gasto público se refiere y hacer un comparativo entre lo presupuestado versus lo ejecutado en un año determinado o en años determinados.
Ojo, este dato por si sólo tampoco explica nada; ya que el ejecutar el 100% del presupuesto no significa que este se haya ejecutado de manera correcta y el no haber ejecutado el 100% no significa que se haya ejecutado mal, necesariamente. Por ello, la segunda etapa consistiría en profundizar más a detalle sobre la base de lo que el portal de transparencia permite y ver en qué se ha ejecutado o dejado de ejecutar dicho presupuesto al detalle.
Finalmente, una tercera etapa del programa piloto consistiría en entablar reuniones con los ministros de cada una de las carteras en análisis y/o con funcionarios públicos como los secretarios generales de cada ministerio; ya que, son estos los que saben del manejo total de la cartera. Con toda esta información el “Gabinete de la Sombra” podría elaborar un informe final con sus conclusiones y recomendaciones al respecto.
Es una propuesta interesante, no tan complicada; que, sin duda toma tiempo, pero se podría aplicar a manera de plan piloto y ver el impacto que esto podría tener en la mejora continua de la gestión pública en nuestro país y a la vez que nosotros como ciudadanos podamos ejercer nuestro derecho a fiscalizar a nuestros gobernantes y en la manera de administrar el Estado peruano, que es de todos nosotros. Dejemos de quejarnos y empecemos a generar el cambio desde donde nos encontremos.