Perú COVID19: ¿Cómo vamos? Y el 25% de la AFP ¿Para cuándo?

Por: Alexis Meléndez

En las últimas semanas nos ha tocado convivir con una realidad que quizás parecía lejana y sólo posible en el mundo cinematográfico, sin embargo, de un momento a otro la ficción se hizo realidad y desde entonces nos mantenemos en incertidumbre. Por otro lado, es cierto que para cualquier gobernante, dirigir a la nación en esta situación, resulta ser muy complicado y se requiere mucho más que voluntad política y frases adornadas que no se ajustan para nada a la realidad, sobre todo si sabemos que luchamos contra una enfermedad relativamente desconocida y que además contamos con un deficiente sistema de salud. Es por ello que en publicaciones anteriores manifesté la necesidad de convocar a los expertos en salud para que puedan señalar el norte y fijar las acciones requeridas para tener mejores resultados y decisiones científicas que estén en función a los intereses de la sociedad y no en función a ideologías o teorías patriarcales, que a la luz de los hechos, vemos que sólo ocasionaron desorden y latentes contagios, pasamos por un momento dónde las decisiones del gobierno eran más peligrosas que el mismo virus. Asimismo, entendiendo que esta lucha contra el COVID19 es una lucha de todos los peruanos, también debió convocarse a las organizaciones sociales, políticas y religiosas para articular esfuerzos, sin embargo, el aislamiento social también fue político y exclusivo para el autosuficiente Gobierno de turno.

Por otro lado, en el marco de la enfermedad, se instaló el nuevo Congreso y su reaparición trajo consigo un tema importantísimo para la sociedad: Las AFPs. El Congreso aprobó que los aportantes puedan retirar hasta el 25% de sus fondos, pero hasta la fecha el Ejecutivo no se pronuncia sobre la propuesta y desvía la atención a la necesaria pero no inmediata Reforma del Sistema de Pensiones y extingue cualquier posibilidad de comentario sobre el tema. Habla de todo menos de la propuesta del retiro del 25% de las AFPs, y aunque no quiera, deberá manifestarse a más tardar el día de mañana. Es aquí donde me pregunto: ¿Qué pasó con el sentido de unidad y de trabajo en conjunto que tanto pregonaba el ingeniero Vizcarra? ¿Acaso este nuevo Congreso también es obstruccionista? O es que en realidad, esa etiqueta sólo se creó para desprestigiar al Congreso anterior y así utilizar, un argumento para despojarse de las responsabilidades que le competen, así como hoy, se induce la idea de culpar a la población como causante del incremento acelerado de los contagios ¿Y la responsabilidad del Gobierno? ¿Ninguna? Entonces, ¿Confiamos o no en el sistema de Salud? ¿Nos comparamos con países desarrollados? o ¿Nos comparamos con nosotros mismos? En cualquiera de los casos, el resultado es el mismo, un fracaso y un doble discurso característico de todo gobierno improvisado y ello no tiene nada que ver con el esfuerzo en conjunto que la sociedad debe impulsar para enfrentar al COVID19. Que el sentido de unidad patriótica no se confunda con el silencio cómplice de la población, ni las buenas intenciones sean la excusa para cubrir los casos pocos transparentes que, si no son denunciados y expuestos, sólo acentuarán el foco infeccioso de la corrupción que terminará asaltando al Estado.