Perú, 198 años de “libertad”

Por: Amelia Quesquén:
“¡Somos libres, seámoslo siempre!…” se venía entonando en la actividad por fiestas patrias que brindaba una institución del estado con sede principal en Lima; cuando de pronto, a través de la transmisión en vivo que realizaban desde una de sus sedes al interior del país, en el preciso momento en que todos los capitalinos se disponían a entonar la 7ma estrofa del himno nacional, “En sus cimas los andes sostengan …” se quedaron perplejos al escuchar a viva voz a todos los acompañantes de la sede provincial, entonar la primera estrofa del himno nacional “Largo tiempo el peruano oprimido…”
Este hecho, aparte de la sorpresa que causó para los presentes, incluyendo la distracción que ocasionó para algunos, se quedó marcado en la retina de muchos, incluyéndome, entonces empecé a cuestionarme que quizá este hecho no fue casual, sino, es parte de la realidad de la que muchos somos indiferentes; puesto que así como sabemos, por educación, que desde un día como hoy, “el Perú es libre e independiente”, debemos tener presente que no todos se sienten así y que no todos tienen las posibilidades de información, tecnología, alimentación y educación.
En ese sentido, si bien estamos prontos al bicentenario, es preciso tener en cuenta que nos falta muchísimo por lograr un estado igualitario, y no solo en temas de derechos, sino, en oportunidades; pues tenemos según el Ministerio de Educación, que aún un 5.9% de peruanos, son analfabetos; del mismo modo, la ONU estima que más de 4 millones de peruanos no cuentan con servicios básicos para vivir, los cuales dificulta su aprendizaje y por ende las oportunidades que no llegan a concretarse.
Entonces ¿Que se viene haciendo para cerrar aquellas brechas de desigualdad existentes a la fecha en el país? se sabe que a través de políticas públicas ( que más parecen políticas de gobierno) tratan de equilibrar estás cifras hacia una de proyección positiva; sin embargo, la no continuidad de las autoridades, falta de compromiso, de asesoramiento en el cumplimiento de metas, y el repentino cambio de planes de trabajo junto con la mala costumbre de no continuar con las obras o proyectos que gestiones anteriores iniciaron, traen como consecuencia un vacío entre lo trabajado y lo que nuevamente intentarán realizar, retrasando la oportunidad de poder lograr, en el tiempo óptimo, el desarrollo del plan que proponen.
Con todo lo mencionado, y aprovechando la fecha de peruanidad, hagamos un llamado a la conciencia y al amor por el país, para que así, nuestras autoridades desde el lugar que representan, se sientan responsables y comprometidas con la lucha de la igualdad de oportunidad para sus habitantes, sólo así el país no solo será, como hasta la fecha, libre e independiente, sino, también a través de las oportunidades que se pueden crear, se sentirán libres e independientes.