Nueva normalidad, desempleo e informalidad en el Perú
Por: Alexis Meléndez
Este virus que nos aqueja demostró nuestras falencias como sociedad y como institución organizada a través del Estado; por el lado de la población no sólo existe el miedo al contagio del virus, además crece la incertidumbre por la ausencia de trabajo que mientras no se reactive la economía y no se impulsen programas eficientes, provocará que la cifra de 3 millones de desempleos aumente, asimismo las empresas no tendrán otra opción que despedir a sus trabajadores y con ello definitivamente crecerá la informalidad en nuestro país, muchos no tendrán otra opción que trabajar en lo que sea o en lo que puedan. Un caso de informalidad, por ejemplo, es el trabajo ambulatorio, en algunos casos, persiste por la conformidad o por la astucia para evadir impuestos pero en otros casos estas realidad responde a una necesidad por no tener los recursos para invertir y desarrollarse; pero ahora vivimos un caso sui generis, en los últimos días hemos visto como miles de personas toman las calles para vender una diversidad de productos, todos con algún argumento, cierto o falso, más allá de ello, el problema no es el comercio, sino la falta de propuestas y las acciones gubernamentales, que por cierto son aisladas y poca efectivas, nada articuladas, al parecer sólo pensando en mantener sus cuotas de poder o réditos políticos que están demás en estos días de pandemia, es decir, por el lado del Estado existe incapacidad para tomar decisiones, ausencia de liderazgo, no sólo en el Gobierno Central, sino también en los diferentes niveles de gobierno, llámese Gobiernos Locales o Regionales; por el contrario los casos de corrupción, planillas doradas, compras sobrevaloradas y despilfarro parecieran ser las principales preocupaciones de quienes nos gobiernan.
Mientras tanto, el pueblo, aquel que no tiene servicios básicos, que no tiene agua, que no tiene trabajo formal ni ahorros necesita trabajar, esto no es novedad y no se soluciona con un bono asistencialista que no debe ser entendido como una obligación estatal, sino, sí y sólo sí, el apoyo económico para superar un determinado momento, que a estas alturas ya pasó, ahora lo que necesitamos es un Estado promotor del Emprendimiento y generador de empleos con el apoyo del sector privado y a través de programas eficientes que estén acorde con la realidad y el entorno social, no son necesarias las innecesarias reflexiones o declaraciones gubernamentales, ¿De qué sirve decir que hay camas? si todos sabemos que cuando un amigo o familiar padeció COVID19 no tuvo la respuesta efectiva del Estado, es cierto que el sistema de salud colapso, pero también es cierto que las exposiciones televisivas y las indefinidas declaraciones caen en saco roto, es decir no solucionan los problemas de fondo.
El ingeniero Vizcarra debería dejar de lado las promesas, tiene malísimos antecedentes, en el 2019 afirmó entregar 1000 colegios y 80 hospitales pero ni el ladrillo se ha colocado, ni que decir de la falsa meseta; en vez de hablar debería ejecutar las medidas necesarias para que la desigualdad económica, el desempleo y la corrupción no sigan conviviendo con su gobierno.