Llegó el Bicentenario del Perú: ¿Y ahora quien podrá ayudarnos?
Por: Edwin Zelada
La primera vez que escuché sobre la independencia del Perú, desde luego fue en mi querida escuela parroquial Santa Teresa de Jesús, en Barrios Altos y debo confesar que fue muy satisfactorio, comprender – entre otros temas – sobre los Próceres y Precursores de la causa independentista, pero sobre todo destaco, el haberme grabado en la memoria y para siempre, nuestra declaración de independencia, a cargo del Generalísimo Don José de San Martín, la misma que cada año, al celebrar las fiestas patrias, me permito reproducir a capela en el seno de mi familia con mucho orgullo y en ese contexto, este 2021, sin duda es un 28 de Julio muy especial, no obstante, de todo lo de la pandemia y de la catastrófica situación económica en la que estamos inmersos.
Al pasar a la secundaria, en el Primer Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe, pude profundizar un poco más en la historia del Perú, ya que los libros eran más consistentes y desde luego muchos(as) de mis profesores(as) de historia, habían leído – entre otros autores – a Jorge Basadre y a Pablo Macera, por lo que me permito rememorar muchos bellos momentos extracurriculares, acontecidos con mis docentes, ya sea en el recreo o a la salida, logrando despertar en mí, ese bichito de poder llegar a toda la verdad. Ya en la Universidad y a pesar de que estudie ciencias empresariales, el curso de Historia Económica del Perú, me permitió no alejarme de lo que considero una de mis más grandes pasiones, ya que siempre he pensado que si no fuera Administrador y Asesor de tesis, sería historiador, ya que si algo consolidé en el pre grado fue la creencia de “Que debemos estudiar en el presente, nuestro pasado, para no cometer los mismos errores en el futuro” y eso fue sin duda lo que terminé de moldear en el post grado y a eso apuntalo todos los días, a poder ayudar a que mis estudiantes y mi entorno, investiguen siempre toda la verdad, que no permitamos que nos cuenten cuentos y es que a pesar de que esta frase (cuenta cuentos) es una aberración a la lengua castellana, no deja de ser acertada en el Perú.
Pero vayamos un poco más allá, lo que muy pocas personas toman en consideración es que la verdadera historia de nuestra independencia, va más allá de la declaratoria de independencia y de las Victorias de Junín y Ayacucho, por lo que les pido que enfaticemos en el tema de la conspiración, ya que muchos hemos olvidado que nuestra nación republicana se gestó, sobre los cimientos conspiratorios y seguramente muchas personas dirán, que hace 200 años no había otra opción, más que conspirar contra la corona española, pero si así fuere, estaríamos olvidando que – pase lo que pase – el fin no justifica los medios; Tampoco debemos olvidar nuestra celebración del Centenario, un 1921 que nos encontró en el oncenio de don Augusto Bernardino Leguía y donde una vez más la conspiración se abrió paso y desde luego, juntos con otros gobiernos que le sucedieron nos heredaron su nueva versión llamada corrupción.
Así mismo y considerando que los objetivos primigenios de Don José Francisco San Martín y Matorras y de Don Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, fue la libertad, muy pocos hemos tomado conciencia de que más que libertad, hoy existe libertinaje en el Perú y a casi nadie parece importarle, hemos olvidado también, que quien educa no es el colegio, sino la familia y es que el denominado “núcleo de la sociedad” en estos doscientos años ha perdido protagonismo; independientemente de todo lo que acontece, si queremos dejar un mejor legado a nuestros descendientes para el tri o cuatri centenario, hoy es cuando tod@s tenemos que poner las barbas en remojo.
Por eso, ante la pregunta: ¿Y ahora quien podrá ayudarnos?, la respuesta es: NOSOTROS MISMOS, tratemos de inculcar en los nuestros que no es necesario conspirar para alcanzar nuestras metas, que el libertinaje, tarde o temprano nos pasará factura y que nada ni nadie nos devolverá la libertad, la misma que vamos perdiendo, conforme nos vamos alejando de la familia
¡Gran Bicentenario para tod@s!