La violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar: Ley que no basta ni se implementa.
Por: Janet Castro
Durante los últimos meses hemos visto a través de los medios televisivos varios casos de tentativas y feminicidios a gran escala, dicho problema está colocando el debate público las medidas de prevención y justicia que poseemos para sancionar todo tipo de violencia. A pesar de tener una Ley y medidas legales no brindan las soluciones debidas con la rapidez que se requiere. La Ley 30364, “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar” posee artículos rescatables como la distinción de los diferentes tipos de violencia (física, psicológica, sexual y económica o patrimonial) y los diferentes enfoques para abordarla tales como el: Género, integralidad, intercultural, interseccional, general y de derechos humanos. Existen puntos sobre la propia ley que es necesario tomar en cuenta para una mejor atención de esta problemática, lo cual día a día observamos que va en aumento en nuestra sociedad
La ley 30364 hace referencia a sujetos de protección a las mujeres así como al resto de los integrantes del grupo familiar. Vale decir, esta ley pretende simplificar toda forma de violencia ejercida contra las personas. Esto genera un obstáculo en la identificación y las razones por las cuales es ejercida la violencia. No se trata que haya una violencia más importante que otra, se trata de comprender cada fenómeno que venimos atravesando. Lo cual no puede lograrse si incorporamos un sinfín de sujetos que sufren violencia por diferentes motivos ya sea por edad, género, raza, idioma, cultura, ideología etc, en una sola ley. No todas las violencias se ejercen por la misma razón, y es importante tomar en cuenta este punto.
La ley explica cuáles son los permisos y derechos que poseen las víctimas de violencia si es que estos actos los ejerciera alguna persona o familiar de su centro educativo o de trabajo. Las acciones que puede tomar el juez contemplan en su mayoría que quien tiene que hacer un cambio de su rutina es la víctima, y existe un plazo para que aquella persona afectada se reincorpore al espacio del que fue separada temporalmente. Mientras que la ley pudo concentrarse en la reeducación y separación del agresor, optó por generar en las víctimas presión por continuar una vida bajo ciertas condiciones y exigiendo que sea ella quien se adapte a nuevos espacios. Otra posibilidad es la negación al cambio o separación de las partes, forzando la convivencia en un ambiente hostil.
Ahora haremos mención a la implementación de la Ley 30364, es evidente la falta de seguimiento a varias propuestas que existen dentro de la norma y que podrían servir para aportar a la solución de la situación de violencia en el Perú:
- La carga procesal existente en la actualidad que suma esta ley a los ya atareados Juzgados de Familia hace imposible cumplir el plazo de 72 horas para la realización de la Audiencia Única. Retrasando el proceso de justicia y obligando a las víctimas a estar en estado de ambigüedad y espera durante más días de lo necesario.
- El (RUVA), Registro Único de Víctimas y Agresores por violencia contras las mujeres y los integrantes del grupo familiar . recién a partir del 18 de julio 2018 cuenta con el reglamento a pesar que la ley está en vigencia desde el 2015. De igual manera la creación y gestión de hogares de refugio temporal a cargo del Ministerio Publico y los gobiernos regionales y locales sigue estancada por falta de presupuesto mientras que los casos de violencia van en aumento afectando a mujeres, niñas, adolescentes, y los miembros del grupo familia.
Existe un gran número de denuncias de reincidentes que muestran que no existe el mapa geográfico y geo referencial de registro de víctimas, tampoco el canal de comunicación a cargo de la policía con las víctimas que establece la ley.
Las medidas que se han tomado siguen teniendo problemas en su ejecución y en el planeamiento, ya que el Estado no ha logrado abordar con eficacia y eficiencia la problemática de la violencia en general y, tampoco, los diferentes tipos que se ejercen sobre las personas, creando mayores obstáculos para las víctimas. Y mientras tanto el número de feminicidios y violencia sigue aumentando en gran escala