La captura del siglo, pero…

Por: Aquiles Contreras

En una noche del 12 de setiembre de 1992, fue capturado el cabecilla terrorista  Abimael Guzmán Reynoso; junto con él fueron capturados Elena Yparraguirre, Maritza Garrido Lecca, Carlos Incháustegui y Laura Zambrano, todos miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso.

Los grandes autores de tremenda hazaña fue el Grupo Especial de Inteligencia del Perú (GEIN), creado el 5 de marzo de 1990, durante el primer gobierno del eximio Presidente Alan García Pérez, quien designo como Director de este grupo a Benedicto Jiménez. De suyo se hace que la historia del Perú tuvo un antes y un después de aquel suceso. No obstante podemos lo peruanos afirmar, que después de 29 años de aquel suceso histórico, ¿hemos derrotado al terrorismo?

Dicen que la vida no carece de ironías, y el Perú no parece la excepción. Hoy vemos estudiantes universitarios demandando la libertad de aquellos terroristas que derramaron la sangre de tantos inocentes, sosteniendo que estos son prisioneros políticos; vemos, con asco e indignación, como un funcionario público como el fiscal Domingo Pérez llama al terrorismo “conflicto armado interno”, en una clara referencia de aquella infame Comisión de la Verdad y Reconciliación (CRV); observamos, ante la vista de todos, a las ONG como APRODHE, IDL, entre otras, demandando al Estado peruano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) haciendo que se le paguen cuantiosas sumas de dinero a los terroristas; además de ello APRODEH remitió una carta a la Unión Europea exigiendo retirar al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) de la lista de “grupos terroristas”; finalmente vemos en los noticieros como cada cierto tiempo nuestros valientes y jóvenes soldados son abatidos por “remanentes terroristas”, a los que ahora se les llama “narco-terroristas”, en el VRAEM.

Cuando Abimael Guzmán cayó aquella noche, yo tenía 11 años, recuerdo que los noticieros no dejaban de pasar el video de la intervención del GEIN; sin embargo siempre me quede con una parte de aquel video, en la que se encuentra un postrado Abimael Guzmán y de pie un victorioso Ketin Vidal, ante la cual Guzmán le manifiesta: “(…) al hombre le pueden quitar las cosas, menos lo que tiene acá (se lleva un dedo a la cabeza), a nadie… así lo maten, si uno muere esto queda en los demás y esto nunca se va a borrar (…)

Estas palabras guardaron coherencia algunos años después, cuando tuve conocimiento que Abimael Guzmán, alguna vez, fue profesor de filosofía; con ello me quedo claro que aquel despreciable sujeto tenía conocimiento del valor y el peligro de las ideas; pues las ideas transcienden al tiempo y definitivamente al hombre que las enarbola. Por tanto la lucha de Abimael Guzmán no solo ha sido armada, sino la lucha más importante y que el Perú no ha sabido vencer es la ideológica.

Finalmente, el Perú puede caer en aquella profética frase, manifestada por distintos personajes en la historia, que reza así: “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”, esperemos por el bien del país, esto no sea así.

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