Despiértame, cuando pase el temblor…

Por: Amelia Quesquén

Son poquísimos los que en esa madrugada del domingo 26 de mayo podrán decir que no se asustaron, o no sintieron el sismo con magnitud de 8 grados que sacudió el país, porque en realidad fue tan intenso ese movimiento que se logró sentir en casi todo el territorio, hasta llegar a países vecinos, como Colombia, Ecuador y Venezuela.

Ese remezón, que tuvo como epicentro a Lagunas, en Yurimaguas (Loreto) y se prolongó durante casi dos minutos, ocurrió a las 02:40 (hora local); y de acuerdo al último reporte del COEN (Centro de Operaciones de Emergencia Nacional) a la fecha se vienen registrando dos personas fallecidas, 226 familias damnificadas, 284 familias afectadas, 15 heridos, 228 viviendas inhabitables, 284 viviendas afectadas, 22 instituciones educativas afectadas y 24 centros educativos inhabitables. También, reportaron 26 centros de salud afectados, 6 locales públicos afectados y 11 templos afectados en diversas regiones de nuestro país debido al sismo.

Asimismo, el Ministerio de Educación (Minedu) informó que fueron suspendidas las clases en aproximadamente 511 colegios de 5 regiones, a fin de prevenir y lamentar incidentes colaterales a consecuencia de los derrumbes.

Lógicamente, al ver la repercusión causada en el país, antes de dirigirse a los lugares más afectados, el presidente Vizcarra, acompañado del premier Salvador del Solar y de varios de sus ministros, garantizó que habrá ayuda humanitaria inmediata para los damnificados y logística para recuperar la infraestructura dañada. Sin embargo, si bien es preciso reconocer la labor de reacción del estado frente a estos desastres, también tenemos que analizar la labor de prevención que se debería tomar en cuenta, sabiendo que estamos ubicados en una zona altamente sísmica y que no quisiéramos repetir lo que sucedió aquel  2007 en Ica.

Una de las principales medidas que se debería incentivar es a una construcción de viviendas formales, pues según declaraciones del ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), Miguel Estrada, indicó a diversos medios que el 70% de viviendas a nivel nacional han sido autoconstruídas o son informales, por lo que tienen una alta vulnerabilidad ante sismos.

Asimismo, explicó que actualmente se viene elaborando planes de desarrollo territorial y de desarrollo urbano, donde el ordenamiento del territorio es muy importante para la identificación de zonas de riesgo y así actuar de manera inmediata a través de programas de reforzamiento.

Por otro lado, explicó que existen proyectos como el “Fondo Mivivienda” que cuenta con el programa “Construcción en sitio propio”, que entrega bonos a las familias que tengan título de propiedad para que puedan construir su vivienda “de manera correcta”; del mismo modo, existe el “bono de reforzamiento estructural”, el cual es una ayuda económica que otorga el estado a una familia de manera gratuita (no se devuelve), para reforzar una habitación existente de la casa para que pueda soportar los temblores fuertes.

Otra de las medidas que desde el terremoto en el país de México, vimos como ayudó y alertó a los ciudadanos respecto a ganar algunos segundos para evacuar, fue la alerta temprana de sismos ¿Qué falta para su funcionamiento en Perú?

El presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP) Hernando Tavera Huarache, manifestó que el IGP ya cuenta desde junio de 2018 con 45 sensores, que podrían avisar con 8 segundos de antelación la llegada de un sismo en la costa: “Su funcionamiento sería por etapas: en una primera etapa la alerta será a través de bocinas o megáfonos; después se trataría de implementarlo a celulares y luego a los canales de televisión y de radios. Cuanto más lejos estemos del epicentro del sismo; vamos a tener mayor tiempo para evacuar”, subrayó.

Éstos sensores se encuentran en las islas Hormigas y San Lorenzo, ubicada a 62 kilómetros de la costa, sin embargo, no vienen funcionando puesto que no tienen el presupuesto necesario para implementar algunos de los componentes de la puesta en marcha de los sensores, éstos componentes son: 1) Conocer el peligro y las características de los sismos que podrían acontecer en el país (ya lo tienen desarrollado); 2) Instalar la mayor cantidad de sensores en la zona de interés (actualmente se cuenta con 45); 3) Difusión de la información (PENDIENTE), pues comenta que se está trabajando con el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) en armar el proyecto a fin de financiarlo. El último componente referido a la capacitación, en opinión de Tavera, es un trabajo permanente.

Entonces, después de lo acontecido el domingo, el gobierno debería tomar en cuenta de manera urgente el impulso y financiamientos de proyectos como éste, y no esperar más años y desastres para tener el pleno funcionamiento del sistema de alerta temprana de terremotos, el mismo que si bien es cierto en ésta oportunidad no hubiera servido de mucho puesto que el epicentro no fue en la costa, sin embargo, se empezaría de manera progresiva en diversos puntos del país y evitaríamos lamentables perdidas.

Por lo pronto, hasta que el gobierno impulse y financie estos proyectos, es muy importante tomar conciencia del peligro al que estamos expuestos y participar en el Simulacro Nacional de Sismo y Tsunami, el próximo 31 de mayo, pues con esas acciones de concientización desarrollaremos hábitos de prevención, evacuación, primeros auxilios, reacción, organización y sobretodo visualizar la importancia de mantener la calma, ayudar y ubicarnos en lugares seguros.

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