COVID19: Entre la realidad y la expectativa

Por: Alexis Meléndez

El COVID19 ha provocado una serie de problemas e inconvenientes a toda la población del mundo. En nuestro país, a pesar de los esfuerzos, los contagios cada día aumentan así como la preocupación de los que menos recursos tienen. En Lima Metropolitana, por ejemplo, existen familias pobres y desposeídas que viven en asentamientos humanos y que no han sido beneficiadas con el bono de s/. 380; entre ellos, mototaxistas, emolienteros, comerciantes ambulantes, entre otros, que no sólo viven del día a día, sino que además, no tienen agua potable ni seguramente, el ánimo para aplaudir desde sus ventanas porque simplemente viven en una casa prefabricada de 4 metros cuadrados en la cima de un cerro, para ellos no bastan las diarias y antojadizas conferencias de prensa ni las declaraciones de quienes hoy gobiernan, ahí sólo existe una necesidad, la de sobrevivir, la necesidad de comer.

En paralelo a esa realidad, Martín Vizcarra crea una expectativa que promueve la idea de solucionar la crisis sanitaria sólo quedándote en casa, creyendo en las diversas declaraciones que diariamente se emiten y minimizando los cuestionamientos o dejando de lado las propuestas de los políticos ajenos al gobierno. Él vende y la población compra. ¿Por qué compra la población? Quizás por la misma necesidad de salir rápidamente de esta situación para volver a la normalidad o quizás por desconocimiento y buena fe, pero pareciera ser que la población ya acepto que por la irresponsabilidad de aquellos que no cumplieron la cuarentena no se logrará controlar al virus; no obstante, ese no es el problema real ni de fondo, sino las  decisiones que desde el gobierno se toman, pero quien llegó de casualidad a la cima del poder no podrá sobrevivir en ella, ni hacer de la política el instrumento de cambio social, ni mucho menos cuando se recibe el respaldo de los mismos que apoyan circunstancialmente, así como lo hicieron con Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Susana Villarán, PPK, entre otros, quienes recibieron el inocente aplauso de una población que se dejó llevar por la opinión de un sector oportunista y caviar de la política, aquel que nunca asumirá ninguna responsabilidad pero que siempre se presentará como incorruptible y dueña de la verdad.

Pero ¿Qué debería hacer Martín Vizcarra? Para poder sostener o convivir con esta difícil e incierta coyuntura se deben priorizar tres temas fundamentales, garantizar el acceso a los servicios de salud, la reactivación de la economía y la sostenibilidad de la política educativa, las cuales deben estar acompañadas de otras decisiones que contribuyan a estabilizar al país, como por ejemplo, priorizar los gastos del Estado (reduciendo los sueldos de los Altos Funcionarios, los gastos por consultoría y por publicidad estatal), libertad para disponer de los fondos de los pensionistas, focalización de la inmovilidad social y cerrar las fronteras hasta controlar al virus. Todo ello es mucho más importante que un curioso horario de circulación por género o el sensacionalismo para movilizar a los tanques hacia la frontera con Ecuador.

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